Tuesday, December 30, 2008

Esto no es un balance del 2008

Prefiero ver A shot at Love with Tila Tequila, comer plátano y terminar de hacer la guirnalda. ¿Un balance, para qué? ¿Hay algo que decir sobre este año que - gracias... GRACIAS!- ya se va?

Este año fue raro. Es como si cada semestre hubiera sido un año distinto. En algún momento, se me desordenó y se fue haciendo cada vez más difícil. Todos los días eran terribles; a veces ni siquiera porque eran malos, sino por lo raros, porque pasaban tantas cosas pero no eran lo que yo quería ni como yo las quería. Ni de cerca. Todo fue perfectible, y de resultar, resultaba... sólo que no me traía beneficio alguno.

Durante este año me tocó perder como nunca. No entraré en detalles: con la palabra PAN, basta y sobra. Claramente, no fue lo único, pero ya no quiero hablar de las otras cosas. En todos los casos, y sobre todo ahora último, no quise ser la madura de siempre, la que entiende, la que pierde bien, pone la otra mejilla, sonríe, sigue adelante como si nada. No esta vez. Hasta cuándo; por qué siempre hay que ser tan correcta y ordenada (esa es harina de otro costal; dará para hablarlo en un próximo capítulo). La cuestión es que me enojé. Dejé de hablar, e incluso, mirar, al/los culpable/s de mi desgracia. Lloré. Mucho, y así y todo no fue suficiente. No entendía nada, lo pasaba mal por eso y pensaba mucho en las posibles respuestas a mis interrogantes. Eso, de todas maneras, es común en mí: si no me preguntara el porqué de todo, no sería yo.

Dije que esto no sería un balance. Nada de contarles más detalles de mis desventuras. No todo fue eso, obviamente. Sí hubo muchas cosas buenas: gente nueva y gente más cercana, proyectos, más independencia, menos miedo, mucha más seguridad. Ahora confío un poco más en mí.

Y ahora viene la parte de los deseos. Lo típico: seguir creciendo, ser feliz, mantener mis buenas notas, un chiquillo que me quiera y a quien yo pueda querer. Por qué no (¿o es que no lo merezco?). Y otros que me reservo, porque son para el futuro. Sí, el futuro, uno más lejano. Ese que me importa tan poco, y que a veces me cae tan mal.

Tuesday, October 28, 2008

La Culpa

El bacán, seco e ídolo de Kant decía, entre muchas otras cosas, que los hombres son los únicos causantes de sus desdichas, y que no deben culpar a la providencia de lo malo que les pasa, ya que ésta no tiene culpa alguna. También, siempre he escuchado que dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos.

No recuerdo por qué comencé así, ni con qué quería vincular esto. Sólo sé que estoy escribiendo mega rápido, que es mega tarde y que el cabrón ensayo del bacán Arancibia AÚN no está terminado. Sí, lo que quería decir con respecto a esto es que, conociéndome, me quejaré y me lamentaré de estar levantada a esta hora, de las MEDIAS ojeras que me he ganado, y de todo lo malo que me pasa. Pero Emmanuel (Kant, claro) tiene razón; todo es mi culpa.

Todo.
Todo.
Todo.

Con lo que me cuesta ser optimista, quiero y necesito creer que "aún tenemos patria".
Seguiré intentando. Mucha gente que conozco es lo más perseverante del mundo... por qué yo no puedo serlo?

Sí, cuesta.
Lo peor, lejos, es constatar que, teniéndolo todo a mi favor, no puedo alcanzarlo.
Por qué tiene que costarme tanto, pero tanto?



Saturday, August 23, 2008

Frío Crónico

Odio el invierno.
Sí, soy una más dentro de ese club. No sé si decirle "club de resentidos", tal vez sea así, no sé. Yo ya me he asumido así, pero eso ahora no importa.
Quiero hablar de esa temporada dramática dentro de mi existencia que empieza el 21 de Junio y sólo en Septiempre hace el favor de terminarse. El Invierno.


En invierno, el frío crónico se agudiza. Esconderlo es más difícil que nunca; ya no sólo es el hielo que tengo adentro, sino que éste también está en el aire, en todas partes. Hay que luchar contra él por partida doble; esto pasa todos los años y todavía no aprendo a hacerlo. Como sea, maltrecha y nunca bien parada, sobrevivo.


Con tanto frío, no tengo ganas de nada. No puedo estudiar porque temblar me desconcentra. No tengo ganas de hacer nada, ni de moverme, ni de salir, ni de hablar o estar, ni de vivir. Sólo ganas de que se termine luego para que, por lo menos, el frío sea sólo interior, y pueda esconderlo y olvidarlo un poco durante las temporadas estivales, donde el sol ayuda a que sea más fácil ignorarlo. Mientras tanto, tendré que seguir fingiendo que estoy muy bien o que no me importa; tendré que seguir participando, como si la vida fuera un continuo concurso donde cada temporada es sinónimo de experimentar con la suerte, de jugar y ver si en una de esas saco el cupón ganador.


Mientras tanto, queda bancársela, y seguir odiando esta estación espantosa que me tiene inmovilizada y esperando.


Lo bueno -porque, aunque usted no lo crea, lo hay- es que tiene sus días contados. Le queda un mes.

Friday, August 01, 2008

De acuerdo, seré periodista.

A estas alturas del partido, para muy poca gente es un misterio que pretendo abandonar mi carrera – Cine y TV, por si ud. no lo sabe- para cambiarme a otra.

Sí, señores. Me voy a Periodismo.

Desde abril, mes en que tomé esta decisión, he tenido que dar muchas explicaciones a todo aquel que quiera saber el porqué de mi determinación. Claro, debe causarles curiosidad: se suponía que yo estaba feliz y plena con lo que estaba estudiando, que es lo que quería para mi vida, que tenía buenas notas, que mis colaboraciones con Mano de Obra films me motivaban aún más a seguir. Pero resulta que no. O quizás sí, todo lo que mencioné era así, pero no lo suficiente como para satisfacerme mínimamente, y mucho menos, hacerme feliz. Mi brillante plan era terminar de estudiar cine y, gracias a múltiples convalidaciones, estudiar periodismo. Excelente idea, salvo por un pequeño detallito: hace un tiempo (remontémonos al año pasado), comencé a sentirme incapaz de soportar los cuatro años de cine que me quedaban. Sí, dije SOPORTAR. En ese momento intenté tranquilizarme pensando que sería una crisis pasajera, mas este año las inquietudes volvieron, y me di cuenta de que si uno usa el término SOPORTAR o RESISTIR para hablar de la carrera que está estudiando, algo va mal. No hay signo más evidente. Hasta que un día me cansé de fingir (sí, me di cuenta que es lo que había estado haciendo) y decidí hablar con quien tuviera que hablar y hacer lo que fuera necesario para salirme y estudiar lo que descubrí que es lo mío: Periodismo.

Por supuesto que no es fácil: la presión es demasiada, eso de tener que demostrar constantemente cuán "feliz" estaba se me hacía insoportable. Y no sólo es difícil por eso, sino por todo un cuento que se remonta al pasado, a todo lo segura que supuestamente siempre fui, a siempre haber sido niña modelo, con buenas notas y un esplendoroso porvenir; y en el presente, tener que dar tantas explicaciones de por qué el cambio (vuelvo al supuesto de que yo estaba feliz en Cine y no necesitaba nada más), por qué no lo hice antes, y sobre todo, verme obligada a admitir que me equivoqué. Sí: yo, la estudiante perfecta, no supe escoger bien.

No se trata de que no me guste mi carrera. Siempre maldigo tanto Taller que es la impresión que puede dar, mas no es tan así. Me gusta Cine, pero también me gusta Periodismo. Sin embargo, llegó un momento en que tuve que comenzar a hilar más fino, para descubrir qué es lo que me gusta más, y al final, ser capaz de hacer una diferencia entre lo que me gusta y lo que amo.

Es un tanto difícil de explicar. Podría decir que mi relación con mi carrera es como una relación amorosa que se enfrió. Y en medio de esta crisis, gracias a mi amigo Bello Público, conocí a alguien más, alguien que me entregaba todo lo que mi carrera ya no sabía darme. Así las cosas, decidí divorciarme del cine y empezar a planear mi fuga junto a periodismo. Mi verdadero amor. Lo que quiero hacer para siempre.


Nadie más que yo lamenta haberme decidido tan tarde. He llegado a pensar que nunca me perdonaré por ello. Mas estoy tranquila, porque sé que aún es tiempo de reivindicarme. Entré a cine con la única claridad de que me gusta escribir – es algo que siempre he amado, lo único y mejor que sé hacer-, pero me di cuenta de que en esa carrera no podría desarrollar esta habilidad tanto como quisiera. Esto, sumado a otras frustraciones y descubrimientos, me tienen escribiendo lo que leen.

Friday, June 06, 2008

No necesito pensar

Me basta sentir un golpe en la sangre para vivir.


Yo siempre vuelvo al mismo punto. Si mi vida es lineal, podría hablar de continuos retrocesos. Pero acostumbro a pensar que todo es un gran círculo vicioso, donde los errores (no así los aciertos) se repiten una y otra vez, y aún siendo conciente de ellos y jurándome que no volveré a caer, soy dominada por un ansia, una angustia, un estrés terrible y la presión de no volver a equivocarme para no morir de dolor, que termino echándolo todo a perder. De nuevo, y peor que antes.


Pero no todo es culpa mía.
Dicen Los Updates: la gente al final va a hablar igual, mezclando la basura y las cosas bonitas. La culpa es de todos. Más mía que de nadie, pero no me pertenece por completo.

Ya he escrito muchas entradas en este blog preguntándome por qué misteriosas razones, mi vida falla justo en el último momento. Por qué todo es a medias y nada se concreta, hasta cuándo seguirá todo esto, esta confusión, este nudo en la garganta y ese temblor en la voz, esas ganas terribles de querer decirlo todo pero simplemente no poder. Por miedo, por vergüenza, por insistir en hacerme la fuerte, por no soportar un error más. No es solo el amor, me refiero a absolutamente todo. A mi vida completa. A que todo, pero todo, es un gran error que, aunque quiero, no sé cómo arreglar. Ni con muchos y buenos amigos que me den fuerzas, ni con aparentes e intrascendentes éxitos. Insatisfacción, nada que me llene o enorgullezca, nada que me haga tener ganas de vivir. Porque al fin y al cabo, no he logrado nada. Con nada; no tengo la solución, ni un borrador de respuesta.

Estoy en un momento en que no tengo nada.

Friday, April 11, 2008

in extenso, Entrevista a Jorge González para Revista Bello Público



En exclusiva, BP conversó con el Sudamerican Rocker:
“LAS UNIVERSIDADES SON UN POQUITO MÁS AVANZADAS QUE GUARDERÍAS INFANTILES”


Por Pía Vargas, Nicolás Rojas y Camilo Espinoza.


Leyenda viva, rock star, la voz de los 80, un hombre polémico, el malo de la película. ¿Cómo referirse a Jorge González? Algunos creen que ha dejado de ser combativo, que ya no los representa. Otros lo ven con nostalgia como parte del pasado (que fue mejor). Y también están los fieles fans, esos que viajan donde sea para verlo interpretar tanto los clásicos de siempre como su repertorio más reciente, y corearlo con el delirio, la euforia y el amor de siempre, el de tantos años. Y es que, por estos días, encontrarse con González no es tan fácil como se cree. El músico, radicado en México hace aproximadamente dos años, realiza esporádicas visitas a nuestro país, acompañado de Loreto, su esposa y compañera musical. En esta ocasión, vinieron para presentarse en la gira Garage Music, esa que convocó a miles de adolescentes (y uno que otro adulto-joven) a diversos balnearios, de norte a sur, para escuchar lo más in del rock made in Chile. Jorge a llegó a encontrarse con este grupo de jóvenes seguidores y entrevistadores con una actitud que sorprendería a cualquier asiduo lector de LUN o La Tercera: sonriente y sencillo, saludando a todo el mundo y con la mejor disposición para conversar y luego, firmar los correspondientes discos y tomarse las fotografías de rigor. Lo humano, lo divino, lo profano, lo debido y lo indebido en esta conversación bajo los árboles de la Quinta Vergara con, para algunos, el padre, para otros, el hijo, ¿o el espíritu santo del rock chileno?.


- Se sabe poco de tu paso por la Universidad de Chile, ¿qué recuerdos tienes de ese período?
Bueno, el recuerdo más claro que tengo es que cuando llegué había un flaco que había sacado como casi puntaje nacional, súper hippiento con el pelo largo y había estudiado montones de año de música, teoría y todo eso. Fue a hacer la prueba especial, y lo rechazaron porque en esa época era súper facho todo. Entonces lo vieron hippiento y dijeron ´ah no, comunista´ y no lo aceptaron. Y, después cuando empezaron las clases, mis compañeros eran bien talentosos todos, pero eran todos hippones, tocaban en bandas de jazz rock o Canto Nuevo y toda la onda. Y yo era el único que tenía la onda como de The Clash y Devo, y como ellos no cachaban nada de eso, salvo Fonseca (Carlos, manager histórico de Los Prisioneros), que tenía una tienda de música, y lo más chistoso es que después que me fui de la escuela montones de compañeros hicieron bandas de esa onda. No por Los Prisioneros, por Charly. Porque cuando vino Charly García con su disco Clics Modernos, que es tan bueno, le dio permiso a montones de hippies para cortarse el pelo y hacer música con cajas de ritmo, y de ahí compañeros míos fueron gente que después tocaron en Cinema, gente que tocó en Aparato Raro, gente que tocó en Upa!, en un curso más abajo venían unos flacos que tocaron en La Ley. Y así de montones de bandas distintas, casi la mitad de las bandas de esa época salieron de ahí.


- En esa época, ¿cómo fue el mechoneo?
Mira, cuando fue la inauguración nosotros andábamos con un amigo pero nos fuimos a la escuela de arte, porque no tenía ninguna gracia ir a la de música. La de arte pensamos que iba a ser más entretenido. Pero obviamente no fuimos al mechoneo, nunca tan giles.




- ¿Cómo recuerdas la experiencia de estudiar una carrera artística en plena dictadura?
En esa época para estudiar una carrera artística no había nada de presupuesto, yo no creo que ahora sea muy diferente porque todo el modelo que implantó la dictadura ahora sigue feliz y sonriente. Hartas veces se suspendían las clases, los profes tenían una actitud bien distante y toda la incorporación de la música que no fuera hecha en Europa entre el siglo XIX y comienzos del siglo XX hasta el año 50, de ahí para atrás no tenía ninguna cabida. Pero había profesores alucinantes, como el profesor Juan Amenábar que tenía grabaciones de música electrónica hecha a comienzos de los años 60 con sintetizadores antiguos y cintas, y que me enseñó cosas muy importantes. De hecho ese profesor es tío abuelo de Cecilia Amenábar, de la DJ; años después supe.
Había un calvito, que no recuerdo su nombre, que enseñaba música con el cuerpo. Entonces escribía las notas en la pizarra y uno tenía que hacerlas caminando, con palmas, a veces tirándose por el suelo, había clases bien interesantes.


- ¿Qué significa para ti haber pasado por la Universidad de Chile?
Bueno, haber pasado por la Universidad de Chile, me sirve mucho para cuando me encuentro con otra gente que estuvo en la Universidad de Chile y decir ´Oh, yo también fui´. También en toda la parte de teoría musical, me sirvió harto porque canciones como la parte de teclado de “Muevan las industrias” la escribí en partituras; se me ocurrió en el metro. Entonces, sí me sirvió para una base teórica que me permitía después conversar con otros músicos, y también tratar de darle una vuelta a las cosas. Como por ejemplo una canción de Belinda del primer disco, también la hice pensando en medios tonos, en hacer armonías que fueran diferentes.


- ¿Cuántos años estuviste en la Universidad?
Estuve un año no más, porque entré el 83 y luego el 84 ya empezamos a tocar con Los Prisioneros y como estaba estudiando música dije ‘Ya soy músico, chao’, y me fui.


- Sobre la educación en nuestro país, ¿qué opinión tienes?
Yo pienso que lo de la educación de nuestra patria ahora es muy caro, porque en Argentina y en México es gratis, inclusive es gratis para los extranjeros. Entonces pienso que es una lata que cobren tanto. Y, por otro lado, yo pienso que son como liceos las universidades, son un poquito más avanzadas que guarderías infantiles.



- ¿Qué te parecen las movilizaciones estudiantiles?, por ejemplo la del año 2006 cuando los escolares salieron a la calle a protestar por el sistema educacional.
Yo me puedo pegar todas las quebradas que sea, pero ese año yo no vivía en Chile. Entonces tampoco es que vi lo que estaba pasando afuera. Y cuando fueron las protestas del ‘84 y todo eso, yo tampoco salía a tirar piedras ni nada. No estaba ni ahí, entonces... no es que no estaba ni ahí con que se fuera Pinochet, pero no me hacía gracia andar corriendo de los pacos y todo eso.
Entonces, ahora que salgan los muchachos a reclamar es un poco vergonzoso, porque deberían ser los más grandes los que salgan, pero los más grandes tienen miedo a perder la pega. Y los que están en el colegio son los que todavía no le tienen miedo a nada.
Como dicen “El estudiante, no le tiene miedo a la muerte”, pero hay una frase que viene antes, no me acuerdo como es.


- En el libro “Maldito Sudaca” de Emiliano Aguayo, hablaste muy bien de Michelle Bachelet. ¿Cómo evalúas su gobierno?
De nuevo voy a lanzar las partes porque yo no vivo en Chile, entonces hablo por lo que sé y me cuentan. Pero la verdad en lo que tiene que ver con los presidentes de Chile, si ellos llegan al poder es porque los apoya la gente que tiene más dinero, y una vez que están ahí ellos tienen que respetar ese apoyo que les dieron. La única manera en que alguien llegue a ser presidente es que los medios de comunicación lo muestren. Si apareciera alguien radical así como Gladys Marín o Allende, los medios de comunicación no dejarían que se convirtiera en popular. Entonces, sólo puede llegar a ser presidente alguien que tenga la venia de los que tienen el poder de antes de que se presente, de cuando ya se está rumoreando que se va a presentar, ahí ya tienen que ser aprobados. Entonces todos los que ocupen la presidencia nuestra van a ser obedientes con los reales dueños del país, que son la gente que se hizo dueña con las privatizaciones y todo eso. Entonces la Bachelet hace lo que puede, y es una tristeza que en las próximas elecciones vayamos a votar por la concertación nada más porque no gane la derecha, porque es el único motivo, porque si está la concertación no van a haber políticas de izquierda ni nada. Entonces igual todos los que llegan a la presidencia, ya sean socialistas, son todos cuicos, entonces en el fondo para ellos es como una cuestión que ven en los libros, no es que lo hayan sentido que tienen que ser leales a lo que ellos crecieron. Si en el fondo igual son cuicos, son primos de los de la DC, son concuñados con los de la derecha. Entonces, de alguna manera, yo creo que la posición política de Chile de ahora es como antes de que se presentara Allende, es como los años 50. Chile retrocedió a los años 50 en términos políticos.


- En el mismo libro tú hablas de que la izquierda chilena ya no existe. Además señalaste tu admiración a Gladys Marín. ¿Mantienes lo mismo sobre la izquierda?, ¿hay una figura en la política actual que pueda seguir con el legado de Gladys Marín?
Bueno, cuando salió el presidente Allende y luego lo mataron quedó claro que la izquierda no puede ganar, porque si gana la izquierda van a matar al presidente. Entonces, ya no va a aparecer ningún candidato verdaderamente de izquierda porque... ¿para qué?.
Y, sobre lo de Gladys Marín, no es una cosa que pasara ahora después que se murió, de la decadencia de la izquierda porque cuando ella se presentó para presidenta, que no me acuerdo cuando fue, fue hace rato (N de la R. 1999), yo la apoyé en su campaña y yo pensé que íbamos a haber montones de los que “Y va a caer”, “y la alegría ya viene” y “el pueblo unido jamás será vencido”, yo pensé que iban a estar todos los flacos ahí, los flacos que los exiliaron, pero no había nadie. Estaba el tío Lalo, estaban los Miserables, estaba Tamara Acosta, estaba uno de los Sol y Lluvia y estaba yo, esos eran absolutamente todos los artistas que estaban con ella, no había nadie más. Todos los demás flacos estaban en la Concertación haciéndose un huequito y toda la onda.


- Sobre la causa mapuche. ¿Qué opinión te merece la represión que han sufrido algunos activistas?
Bueno, es una pena que el propio gobierno de Chile con montones de personas que, yo estoy seguro, saben que están haciendo mal son los que mandan a reprimir y toda la onda. Uno abre La Tercera y dice el 97% de la gente encuestada opina que hay que ponerse duros con los mapuches, entonces la situación es igual que cuando los milicos con ellos, pero ellos no empezaron a luchar por sus derechos recién, llevan muchos años, entonces no los van a botar así como así yo creo, y aparte que son gente que ha probado por distintos modos y gente generalmente muy instruida. Yo pienso que va a suceder el caso de que sí van a triunfar en lo que ellos están buscando, yo no creo que los vayan a derrotar.


- ¿Supiste del reciente asesinato de Matías Catrileo, de la muerte de Rodrigo Cisternas o de la huelga de hambre de Patricia Troncoso?
Sí, sí, claro porque los flacos me envían a mí lo que está pasando y todo eso. Hay harta gente con la que están en contacto.

- ¿Cómo haces para informarte?
Porque me mandan correos, y escriben en el myspace y están en esa onda.


- En el año 2003, cuando estuviste en los MTV Video Music Awards, luego de cantar Bolero Falaz, de Aterciopelados, gritaste “Viva Cuba”, y no te vimos más en la transmisión. ¿Sufriste algún tipo de censura?
No, no me dijeron nada los flacos, no creo que haya habido mala onda, yo creo que les da lo mismo. A estas alturas decir “Viva Cuba” o lo que sea es un saludo a la bandera, no va a cambiar nada. De repente si Coldplay o U2 hablan y toda la onda igual no pasa nada, si hablo yo qué va a pasar.


- ¿Cómo enfrentas la censura mediática?, sabemos que la relación de Los Prisioneros y tuya con la prensa ha sido compleja.
Más mía sobre todo, porque los otros flacos, de hecho hay un flaco en que tocó en Los Prisioneros que le tienen súper buena.


- Por ejemplo, cuando estuvieron en el Festival de Viña 2003, Cristián San Miguel (director de la transmisión televisiva del show) dijo que si ustedes se presentaban era un riesgo para Canal 13, pues podrías ponerte a hablar mal de ellos mismos…
Bueno, mi manera de enfrentar esa censura es que me tuve que ir de Chile, porque si yo hago un disco nuevo no voy a tener ninguna ocasión de promocionarlo. Entonces me tuve que ir, y es una pena que yo no pueda vivir acá porque me encanta Chile.


- ¿Crees que Latinoamérica sigue siendo un pueblo al sur de Estados Unidos?
Yo creo que ahora, más bien es un centro comercial más que un pueblo.

- En “Maldito Sudaca” dices que la batalla entre el bien y el mal la ganó el mal hace rato, y ya no hay posibilidades de reivindicaciones, de luchar. ¿Sigues pensando así?
Bueno, muchas religiones hablan de que en realidad en el plano físico, en el plano de la carne, en general los deseos y la ambición siempre ganan. Pero yo creo en el espíritu, y yo creo que cuando uno se va del cuerpo sí existe algo más allá que es el alma, y que hay una claridad más grande. Entonces pienso que a lo mejor es una manera de aprender, lo que no significa que yo me vaya a poner del lado de rendirme. Pero, por otro lado, yo creo que todo lo que eran las ideas de los movimientos sociales y todo eso son difíciles de mantener porque ahora se necesita hacer llegar eso a la gente, y los medios de comunicación el 99% son de derecha, porque se necesita financiamiento y avisos.


- El duopolio Mercurio – Copesa
Es que claro, no es solamente eso, sino que cuando ya empiezan a ganar dos pesos y hay que pagar sueldos viene la autocensura.


- Tú has dicho que no te sientes un referente juvenil…
No, ya tengo 43, entonces ser un referente juvenil me daría un poco de pena. Me da pena que Bono sea un referente juvenil, es un señor mayor. Deberían estar los pendejos de alguna manera sacando la cara, pero no la sacan. No sé por qué.

- Sobre la música, ¿qué sientes que las canciones de Los Prisioneros hayan trascendido en el tiempo?
Bueno, es un orgullo para mí, o sea ahora fuimos a tocar con Los Updates a Buenos Aires, hicimos un show donde no tocamos nada de Los Prisioneros, ni siquiera llevé la guitarra, todo era nuevo y como “Acaso quieres venir” allá es como un mini hit entre los flacos, porque de alguna manera lo que hacen Los Updates es perfecto para Buenos Aires, como medio electrónico pero también con letras y romántico. Pero después flacos me dijeron que por qué no toqué Estrechez de Corazón o Tren al sur. Entonces, me parece bonito que esa música, viniendo de un país que el último artista que había salido eran Los Ángeles Negros en 1973, haya llegado a tantas partes, me siento súper orgulloso.


- ¿Estás al tanto de los covers que los artistas nuevos hacen de canciones de Los Prisioneros?, Por ejemplo, por aquí anda una cantante joven llamada Mariel, que en vivo toca su propia versión de Que no destrocen tu vida. ¿Tienes algún favorito?
El de Mama Soul de “Estrechez de corazón”, y el de Leo García “Estrechez de corazón” también.


PING PONG

Los Prisioneros
“¿Los Prisioneros?, y se libraron”

Los Updates
“Renovándose cada minuto”

Periodistas
“Una noble profesión hasta que hay que cobrar”

Intelectuales
“Hacen mucha falta ahora, los de verdad”

¿Hippie o Punk?
“New wave”

Teletón
“¿Teletón?, como dije esa vez, una súper buena idea. Y ojalá todo el año hubiera un porcentaje de lo que se hace y lo que gana en la farándula para la Teletón, sería súper bueno. Yo no lo dije de mala onda con ellos, lo dije realmente como es. Y es buena idea”

¿Tren al sur o Aviador a México?
“Las dos canciones, yo toco las dos y las dos me gustan harto”

Víctor Jara
“Uno de los padres de la patria”

Jorge González
“Mi hijo, él se llama Jorge González”

Acomodado en el Rock and Roll
“Una alternativa de vida” .-

AGRADECIMIENTOS / FOTOGRAFÍAS:
- Marco González.
- Camilo Espinoza.
- Luis Ortega.

Saturday, March 08, 2008

No me despierten!

Bastante botado tenía el blog. Es que después de contar la "aventura gonzaliana", ¿qué queda por decir? ¿Hay algo que pueda hacerle el peso? No, definitivamente no.

Llegó marzo, que, como han de saber, es el mes de mi cumpleaños y el mes del reingreso a clases. Ya me había acostumbrado a las vacaciones. Quedan cada vez menos días para entrar y yo empiezo a constatar que necesito más tiempo. Para dormir más, para salir a caminar, para ver a tanta gente que no vi, o simplemente para hacer nada. No quiero, ya no quiero volver.

De vez en cuando vuelven los cuestionamientos; yo creo que es cosa del ocio (que ha sido poco, pero en las noches el tiempo sobra para recordar, planificar, imaginar y cuánta cosa más). Llega un momento en que no sé hasta qué punto tengo yo la razón, y hasta qué punto la tienen ellos ("quienes son ellos?", preguntaría Orlando Bloom, tal como lo pregunta en Elizabethtown). O que no sé por qué la vida se convierte en un continuo demostrar cosas. Demostrar que no eres estúpido, que eres trabajador, que eres buena gente, que eres amable y que nada te afecta. De repente me doy cuenta de que sin quererlo ni estar preparada, tengo que estar demostrando miles de cosas: que soy inteligente, que no soy una inútil, que sé cuidarme. Y que si no lo hago, sólo pierdo yo. Nadie más que yo.

Y de repente, además, leo demasiadas huevadas.

Sunday, February 03, 2008

El mejor día de mi vida


El pasado 27 de enero es un día que se anotó como el mejor de mi vida. Sólo el regreso de mis amados Prisioneros, la Cumbre del Rock chileno y ver volver a Soda pueden hacerle el peso. Sin embargo, siento que este es mucho, mucho mejor.

No todos los días conoces a Jorge González.

Ya... puedo manifestar mi euforia?

Es Jorge, carajo!
Hace poco más de una semana, gracias a mi ahora querida página Facebook, contacté a Los Updates; más concretamente a Loreto. Les escribí para solicitarles una entrevista, y Loreto me respondió aceptando. Me dio su número de teléfono, y yo, superando todos los nervios, marqué, hablé con ella y me dijo “pero tendría que ser en Viña”. Oh, oh... ya, filo. Algo haríamos. La oportunidad de entrevistar al Padre del Rock Chileno es única, y no podía desperdiciarla.




Cabros de la revista, apañan? Camilo (la Distorzzion total) dijo que sí; luego se sumó Cocker. Mientras tanto, y por mail, Loreto me decía que la llamara el mismo 27 a las 12:00, para confirmar. Ese día, Cocker y yo nos encontramos a las 11:30 en el metro Pajaritos. Hueviamos, nos reímos e hicimos hora. A las 12:02 marqué el número de Loreto, y ella me confirmó. Lo conocería! Ahora sólo tenía que llegar a Viña.... Cocker y yo compramos los pasajes y emprendimos viaje.

Durante el viaje, escuchamos música y, como siempre, hablamos un montón de huevadas y nos morimos de la risa. Fue un viaje ameno... yo debería ir en el bus a Cartagua con periodismo! Haré lobby...

Al llegar, hablé nuevamente con Loreto. La cita sería en la Quinta Vergara, luego de la prueba de sonido junto a Gonzalo Yáñez. Luego, hablé con Camilo y nos dijo que fuéramos a la Quinta, para encontrarnos con él. Fuimos, esperamos un buen rato, el cual aprovechamos para pasear, hasta que al fin Camilo apareció. Entramos a la Quinta, compramos algo para comer y nos sentamos, hasta que llegó un tipo en moto, de seguridad, que nos quería echar. Salimos, dimos vueltas, hablé con Loreto y lo de la prueba de sonido se corrió hasta las 17:30. Ya nos íbamos a ir a la playa a hacer hora, cuando se nos ocurrió contactar al encargado de prensa de Garage Music. Fuimos, les explicamos que veníamos desde Santiago y que veníamos a entrevistar a JorgeLove. Justo llegó un bus de Garage, el tipo se subió y nos dijo: “Ya, súbanse para darles las credenciales”... increíble! Eso hicimos, y el tipo (Sebastián Isla) nos las entregó y nos dijo que podríamos entrar a la Quinta y esperar ahí a que Jorge llegara.

Bajamos, mostramos nuestro pase a los guardias y nos sentamos a ordenar las preguntas y hacer la entrevista. Camilo y Cocker estaban babosos viendo la prueba de sonido de Fran Valenzuela... bueno, lo admito: yo también, pero por lo menos podía concentrarme. Luego de un arduo trabajo, terminamos las preguntas y nos pusimos a esperar. Vimos a Sergio Lagos, a Javi Parra, a Nicole. De ahí llegaron Fabrizio Copano y Pedro Ruminot (el Hombre Ardiente). El público, que ya empezaba a llenar la Quinta, gritaba por ellos, les pedían fotos, etc. Cocker, Camilo y yo nos reíamos.

Pasaban los minutos. No pasaba mucho.

Sólo algo. Algo increíble. Marqué el número de Loreto (sí, otra vez, para decirle que teníamos pases de prensa y que estábamos en primera fila), y...

- Aló?

ERA JORGE!

- A... aló... Jorge?
-Sí, hola.
- Hola… hablas con.. Pía...
- Hola Pía, cómo estás?
- Bien.. muy bien, gracias. Yo soy de la Revista Bello Público. Llamaba para decirles que conseguimos pases de prensa, así que estamos en la Quinta, esperándolos.
- Ya, qué bien, nosotros ya vamos para allá.
- Ya... nos vemos entonces. Muy amable Jorge, gracias.
- Chao Pía, que estés bien.

Oh my God. Hablé por teléfono con el Padre del Rock Chileno!
Empecé a reírme, a saltar... Cocker, me contestó él! Camilo, hablé por fono con él!

Volvió a pasar poco. El show estaba atrasado. A esa altura, ni hablar de prueba de sonido.

Fui a hablar con Mariel (la que canta Enredadera. Si no conocen esa canción, bájenla; es muy bella), hablé con Fabrizio, hablé con Lucho (quien probablemente me hueveará por el resto de la eternidad porque, pretendiendo preguntarle dónde estaba Marco, le pregunté si él era Marco), hablé con Marco, el hermano de Jorge. Y Jorge no llegaba. Seguimos esperando. Me encontré con la Ritaliin, conversamos un poco. Última llamada a Loreto, y me dice que vaya al estacionamiento que está atrás del escenario: ahí estaría Marco sacando una maleta. Corrimos; pasamos por el lado de los guardias y nuestras credenciales evitaron que nos hueviaran. Vimos a Marco en el auto. “Marco!”, exclamé. Marco me hizo un gesto de que esperara (más aún! Ya eran como las 19:00 hrs!), y condujo el auto hacia otra parte del estacionamiento, y pasó por una reja custodiada por guardias. Maldición.

Marco desapareció. Esperamos un rato; ya no sabíamos qué hacer. No quedaba nada más que la espera. Hasta que vimos llegar a Marco con un montón de fans. “Cabros, ahí está Marco!”. Seguí mirando hacia donde estaba el grupo, cuando...

- CONCHESUMADRE!- fue lo primero que atiné a exclamar.
- Qué pasa?
- Es Jorge! Ahí está, ahí!


Rodeado por los fans, Jorge había desaparecido.

“Vamos!”. “No, Pía, no nos van a dejar pasar”. “Filo, vamos!”. Nos acercamos a la reja, Marco me vio y me hizo un gesto con la mano, para que me acercara. “Yo?”. “Sí”, respondió, con las manos. “Vamos, cabros”. Mostramos nuestras credenciales a los guardias (“FBI”, les dije) y pasamos. Cuando estábamos más cerca, Marco dice: “Jorge, Jorge, esta es la niña que te va a entrevistar, de la Universidad de Chile”.

Todos
los fans que lo rodeaban se apartaron, y Jorge apareció, sonriente.

Yo, al verlo, sonreí y me tapé la cara con las manos. Los fans dijeron “oooh”. Jorge se acercó, me saludó “Hola, cómo estás”, y me abrazó. Yo, sin creerlo (estoy abrazando mi ídolo, al Padre del Rock Chileno, carajo), dije “bien, muy bien, gracias”.




Una sobremaquillada periodista de no sé qué medio le estaba pidiendo una entrevista. Jorge le dijo “ya, pero ella (yo) primero, porque me está esperando desde hace más rato”. Sonreí con orgullo. La periodista me miró sonriente. Comenzamos la entrevista. Rodeado de sus fans, que grababan y sacaban fotos, Jorge respondió todas nuestras preguntas, habló de la Universidad, de política, de la Causa Mapuche, de Bachelet y de Gladys Marín, de la censura, etc. Yo le preguntaba y notaba cómo mi voz temblaba; lo miraba absorta, escuchando cada una de sus declaraciones. Lo escuchaba con orgullo y felicidad, de haber logrado mi cometido y estar conversando con él.

La entrevista terminó. Le agradecí a Jorge y le pregunté si luego podría venir “El minuto fan”. “¿Qué es El Minuto Fan”?, preguntó Jorge. “Es cuando tú firmas nuestros discos”, le dije. Todos rieron y Jorge accedió. Luego se dispuso a dar las entrevistas faltantes. Hablé con un periodista de la Rock and Pop, con una fan y con Camilo, sobre las fotos. Cuando llegó el momento de la firma, le pregunté a Jorge:

- Cuál es tu disco favorito de Los Prisioneros?
- Mi disco favorito? Corazones
- Ya, me lo firmas, por favor?

Lo saqué de mi bolso, donde estaba junto a todos los demás, y luego de una ardua lucha (todos, pero todos, se agolpaban por una firma), conseguí su autógrafo, al tiempo que le comentaba que también es mi disco favorito. Jorge me dijo “La Voz de los 80 también es un muy buen disco”, afirmación que comparto completamente. Jorge, además, firmó el disco homónimo de Cocker. Después, vinieron las fotos, que el tipo de la rocka, a petición de Camilo, nos sacaba. Ninguna parecía salir bien, hasta que al final, cuando Jorge debía irse, conseguimos una buena. Bueeeena. Me despedí de Jorge y le dije que por facebook le informaría cuando la entrevista saliera publicada. Jorge me sonrió y me hizo un gesto con la mano. Ah, es tan amable! Qué equivocada está la gente que cree que es pesado. Ya listos para irnos, nos pusimos a correr siguiendo a Camilo. Entramos al sector de camarines, llegamos al de Gonzalo Yáñez y nos asomamos. Estaba lleno de gente. Nos encontramos nuevamente con Pedro Ruminot, y no pudimos evitar pedirle una foto. Posamos y seguimos la correría por el pasillo. Al fin encontramos la salida y seguimos al tipo de la Rock and Pop. Salimos mientras Sergio Lagos tocaba. Le pregunté al tipo qué hacía en la Rocka; me dijo que era periodista. Me preguntó qué hacíamos nosotros, le dije que éramos estudiantes. Volvimos al sector del público; ahí estaban los fans que escasos minutos antes habían rodeado a Jorge. Todos con una cara de felicidad que no se la podían, igual que la que tenía yo. Listo, teníamos que irnos. “Pero esperen a que toque Fran Valenzuela y de ahí se van”, nos dijo Camilo, mientras Sergio Lagos empezaba a cantar “the telephone is rinning; is my mother on the phone”. Cocker y yo estuvimos de acuerdo en NO quedarnos; debíamos irnos pronto a Santiago. Vi por última vez a la Ritaliin, y con demasiado orgullo le mostré mi ahora más amado Corazones, con la firma de Jorge. Nos despedimos, y con Cocker nos fuimos hacia el terminal.

Tuvimos que esperar un buen rato para que saliera el bus; estábamos exhaustos, pero así y todo nos reímos y hueviamos durante el viaje. Al llegar a mi casa, la euforia persistía. Prendí el computador, vi tele un rato, escuché música. Pasaron un par de horas, y cuando la euforia comenzó recién a bajar, miré el disco, miré la credencial y pensé en el hermoso día que había vivido.




Y me puse a llorar de alegría.

Sunday, January 06, 2008

Catrileo presente

Hay algo que me duele e impacta: el asesinato de Matías Catrileo a manos de -adivinen- los pacos. Me afecta ver la Plaza Italia y La Moneda rodeadas de pacos dispuestos a sacarle la chucha a quien pretenda protestar por tal cruel muerte. Una muerte que quieren que quede en la impunidad, descargando toda su represión para mantener a raya a quienes se nieguen a callar y bajar la mirada ante las autoridades de -como leí por ahí- la dictadura encubierta en la que vivimos.


Este es nuestro país. La Moneda llena de pacos (que con sus uniformes le hacen honor al bien ganado apodo de Tortugas Ninja, pero en la más brígida) es el signo más poderoso de todos de que aquí, al que quiere quejarse ya ni se le tapa la boca: se le reprime y maltrata sin miramientos. Que esto es una democracia sólo porque cada X cantidad de años podemos ir a hacerle una raya vertical a un papel es una vil y sucia mentira que nos enseñan desde la época escolar. Aquí no te dejan protestar, ni por la tierra arrebatada, ni por los abusos de poder, ni por las balas que terminaron con Matías. Eso es lo que quieren: un rebaño bien calladito que acepte que le suban los precios, que le den una educación de mierda que lo endeude de por vida, que permita que maten a su hermano, padre o vecino sin abrir la boca. Y que no se vengan a quejar, no ven que ellos nos sacaron de la dictadura, ellos nos salvaron de Pinochet. Por favor.

Eso quieren los del gobierno: un pueblo que no hable ni piense, mientras ellos corren cercos y le quitan a los Mapuche lo poco de tierra que les va quedando.

Hace veinte años Los Prisioneros dijeron, en su canción Poder Elegir, que hay gente que está comiendo de tu No saber qué decir. Su fuerza es la ignorancia de todos nosotros. Si es así, lo será mientras no nos decidamos a levantarnos y exigir dignidad.

Ellos quieren silencio. Y eso es lo que no les podemos ni debemos dar.