Sunday, February 03, 2008

El mejor día de mi vida


El pasado 27 de enero es un día que se anotó como el mejor de mi vida. Sólo el regreso de mis amados Prisioneros, la Cumbre del Rock chileno y ver volver a Soda pueden hacerle el peso. Sin embargo, siento que este es mucho, mucho mejor.

No todos los días conoces a Jorge González.

Ya... puedo manifestar mi euforia?

Es Jorge, carajo!
Hace poco más de una semana, gracias a mi ahora querida página Facebook, contacté a Los Updates; más concretamente a Loreto. Les escribí para solicitarles una entrevista, y Loreto me respondió aceptando. Me dio su número de teléfono, y yo, superando todos los nervios, marqué, hablé con ella y me dijo “pero tendría que ser en Viña”. Oh, oh... ya, filo. Algo haríamos. La oportunidad de entrevistar al Padre del Rock Chileno es única, y no podía desperdiciarla.




Cabros de la revista, apañan? Camilo (la Distorzzion total) dijo que sí; luego se sumó Cocker. Mientras tanto, y por mail, Loreto me decía que la llamara el mismo 27 a las 12:00, para confirmar. Ese día, Cocker y yo nos encontramos a las 11:30 en el metro Pajaritos. Hueviamos, nos reímos e hicimos hora. A las 12:02 marqué el número de Loreto, y ella me confirmó. Lo conocería! Ahora sólo tenía que llegar a Viña.... Cocker y yo compramos los pasajes y emprendimos viaje.

Durante el viaje, escuchamos música y, como siempre, hablamos un montón de huevadas y nos morimos de la risa. Fue un viaje ameno... yo debería ir en el bus a Cartagua con periodismo! Haré lobby...

Al llegar, hablé nuevamente con Loreto. La cita sería en la Quinta Vergara, luego de la prueba de sonido junto a Gonzalo Yáñez. Luego, hablé con Camilo y nos dijo que fuéramos a la Quinta, para encontrarnos con él. Fuimos, esperamos un buen rato, el cual aprovechamos para pasear, hasta que al fin Camilo apareció. Entramos a la Quinta, compramos algo para comer y nos sentamos, hasta que llegó un tipo en moto, de seguridad, que nos quería echar. Salimos, dimos vueltas, hablé con Loreto y lo de la prueba de sonido se corrió hasta las 17:30. Ya nos íbamos a ir a la playa a hacer hora, cuando se nos ocurrió contactar al encargado de prensa de Garage Music. Fuimos, les explicamos que veníamos desde Santiago y que veníamos a entrevistar a JorgeLove. Justo llegó un bus de Garage, el tipo se subió y nos dijo: “Ya, súbanse para darles las credenciales”... increíble! Eso hicimos, y el tipo (Sebastián Isla) nos las entregó y nos dijo que podríamos entrar a la Quinta y esperar ahí a que Jorge llegara.

Bajamos, mostramos nuestro pase a los guardias y nos sentamos a ordenar las preguntas y hacer la entrevista. Camilo y Cocker estaban babosos viendo la prueba de sonido de Fran Valenzuela... bueno, lo admito: yo también, pero por lo menos podía concentrarme. Luego de un arduo trabajo, terminamos las preguntas y nos pusimos a esperar. Vimos a Sergio Lagos, a Javi Parra, a Nicole. De ahí llegaron Fabrizio Copano y Pedro Ruminot (el Hombre Ardiente). El público, que ya empezaba a llenar la Quinta, gritaba por ellos, les pedían fotos, etc. Cocker, Camilo y yo nos reíamos.

Pasaban los minutos. No pasaba mucho.

Sólo algo. Algo increíble. Marqué el número de Loreto (sí, otra vez, para decirle que teníamos pases de prensa y que estábamos en primera fila), y...

- Aló?

ERA JORGE!

- A... aló... Jorge?
-Sí, hola.
- Hola… hablas con.. Pía...
- Hola Pía, cómo estás?
- Bien.. muy bien, gracias. Yo soy de la Revista Bello Público. Llamaba para decirles que conseguimos pases de prensa, así que estamos en la Quinta, esperándolos.
- Ya, qué bien, nosotros ya vamos para allá.
- Ya... nos vemos entonces. Muy amable Jorge, gracias.
- Chao Pía, que estés bien.

Oh my God. Hablé por teléfono con el Padre del Rock Chileno!
Empecé a reírme, a saltar... Cocker, me contestó él! Camilo, hablé por fono con él!

Volvió a pasar poco. El show estaba atrasado. A esa altura, ni hablar de prueba de sonido.

Fui a hablar con Mariel (la que canta Enredadera. Si no conocen esa canción, bájenla; es muy bella), hablé con Fabrizio, hablé con Lucho (quien probablemente me hueveará por el resto de la eternidad porque, pretendiendo preguntarle dónde estaba Marco, le pregunté si él era Marco), hablé con Marco, el hermano de Jorge. Y Jorge no llegaba. Seguimos esperando. Me encontré con la Ritaliin, conversamos un poco. Última llamada a Loreto, y me dice que vaya al estacionamiento que está atrás del escenario: ahí estaría Marco sacando una maleta. Corrimos; pasamos por el lado de los guardias y nuestras credenciales evitaron que nos hueviaran. Vimos a Marco en el auto. “Marco!”, exclamé. Marco me hizo un gesto de que esperara (más aún! Ya eran como las 19:00 hrs!), y condujo el auto hacia otra parte del estacionamiento, y pasó por una reja custodiada por guardias. Maldición.

Marco desapareció. Esperamos un rato; ya no sabíamos qué hacer. No quedaba nada más que la espera. Hasta que vimos llegar a Marco con un montón de fans. “Cabros, ahí está Marco!”. Seguí mirando hacia donde estaba el grupo, cuando...

- CONCHESUMADRE!- fue lo primero que atiné a exclamar.
- Qué pasa?
- Es Jorge! Ahí está, ahí!


Rodeado por los fans, Jorge había desaparecido.

“Vamos!”. “No, Pía, no nos van a dejar pasar”. “Filo, vamos!”. Nos acercamos a la reja, Marco me vio y me hizo un gesto con la mano, para que me acercara. “Yo?”. “Sí”, respondió, con las manos. “Vamos, cabros”. Mostramos nuestras credenciales a los guardias (“FBI”, les dije) y pasamos. Cuando estábamos más cerca, Marco dice: “Jorge, Jorge, esta es la niña que te va a entrevistar, de la Universidad de Chile”.

Todos
los fans que lo rodeaban se apartaron, y Jorge apareció, sonriente.

Yo, al verlo, sonreí y me tapé la cara con las manos. Los fans dijeron “oooh”. Jorge se acercó, me saludó “Hola, cómo estás”, y me abrazó. Yo, sin creerlo (estoy abrazando mi ídolo, al Padre del Rock Chileno, carajo), dije “bien, muy bien, gracias”.




Una sobremaquillada periodista de no sé qué medio le estaba pidiendo una entrevista. Jorge le dijo “ya, pero ella (yo) primero, porque me está esperando desde hace más rato”. Sonreí con orgullo. La periodista me miró sonriente. Comenzamos la entrevista. Rodeado de sus fans, que grababan y sacaban fotos, Jorge respondió todas nuestras preguntas, habló de la Universidad, de política, de la Causa Mapuche, de Bachelet y de Gladys Marín, de la censura, etc. Yo le preguntaba y notaba cómo mi voz temblaba; lo miraba absorta, escuchando cada una de sus declaraciones. Lo escuchaba con orgullo y felicidad, de haber logrado mi cometido y estar conversando con él.

La entrevista terminó. Le agradecí a Jorge y le pregunté si luego podría venir “El minuto fan”. “¿Qué es El Minuto Fan”?, preguntó Jorge. “Es cuando tú firmas nuestros discos”, le dije. Todos rieron y Jorge accedió. Luego se dispuso a dar las entrevistas faltantes. Hablé con un periodista de la Rock and Pop, con una fan y con Camilo, sobre las fotos. Cuando llegó el momento de la firma, le pregunté a Jorge:

- Cuál es tu disco favorito de Los Prisioneros?
- Mi disco favorito? Corazones
- Ya, me lo firmas, por favor?

Lo saqué de mi bolso, donde estaba junto a todos los demás, y luego de una ardua lucha (todos, pero todos, se agolpaban por una firma), conseguí su autógrafo, al tiempo que le comentaba que también es mi disco favorito. Jorge me dijo “La Voz de los 80 también es un muy buen disco”, afirmación que comparto completamente. Jorge, además, firmó el disco homónimo de Cocker. Después, vinieron las fotos, que el tipo de la rocka, a petición de Camilo, nos sacaba. Ninguna parecía salir bien, hasta que al final, cuando Jorge debía irse, conseguimos una buena. Bueeeena. Me despedí de Jorge y le dije que por facebook le informaría cuando la entrevista saliera publicada. Jorge me sonrió y me hizo un gesto con la mano. Ah, es tan amable! Qué equivocada está la gente que cree que es pesado. Ya listos para irnos, nos pusimos a correr siguiendo a Camilo. Entramos al sector de camarines, llegamos al de Gonzalo Yáñez y nos asomamos. Estaba lleno de gente. Nos encontramos nuevamente con Pedro Ruminot, y no pudimos evitar pedirle una foto. Posamos y seguimos la correría por el pasillo. Al fin encontramos la salida y seguimos al tipo de la Rock and Pop. Salimos mientras Sergio Lagos tocaba. Le pregunté al tipo qué hacía en la Rocka; me dijo que era periodista. Me preguntó qué hacíamos nosotros, le dije que éramos estudiantes. Volvimos al sector del público; ahí estaban los fans que escasos minutos antes habían rodeado a Jorge. Todos con una cara de felicidad que no se la podían, igual que la que tenía yo. Listo, teníamos que irnos. “Pero esperen a que toque Fran Valenzuela y de ahí se van”, nos dijo Camilo, mientras Sergio Lagos empezaba a cantar “the telephone is rinning; is my mother on the phone”. Cocker y yo estuvimos de acuerdo en NO quedarnos; debíamos irnos pronto a Santiago. Vi por última vez a la Ritaliin, y con demasiado orgullo le mostré mi ahora más amado Corazones, con la firma de Jorge. Nos despedimos, y con Cocker nos fuimos hacia el terminal.

Tuvimos que esperar un buen rato para que saliera el bus; estábamos exhaustos, pero así y todo nos reímos y hueviamos durante el viaje. Al llegar a mi casa, la euforia persistía. Prendí el computador, vi tele un rato, escuché música. Pasaron un par de horas, y cuando la euforia comenzó recién a bajar, miré el disco, miré la credencial y pensé en el hermoso día que había vivido.




Y me puse a llorar de alegría.