Friday, June 06, 2008

No necesito pensar

Me basta sentir un golpe en la sangre para vivir.


Yo siempre vuelvo al mismo punto. Si mi vida es lineal, podría hablar de continuos retrocesos. Pero acostumbro a pensar que todo es un gran círculo vicioso, donde los errores (no así los aciertos) se repiten una y otra vez, y aún siendo conciente de ellos y jurándome que no volveré a caer, soy dominada por un ansia, una angustia, un estrés terrible y la presión de no volver a equivocarme para no morir de dolor, que termino echándolo todo a perder. De nuevo, y peor que antes.


Pero no todo es culpa mía.
Dicen Los Updates: la gente al final va a hablar igual, mezclando la basura y las cosas bonitas. La culpa es de todos. Más mía que de nadie, pero no me pertenece por completo.

Ya he escrito muchas entradas en este blog preguntándome por qué misteriosas razones, mi vida falla justo en el último momento. Por qué todo es a medias y nada se concreta, hasta cuándo seguirá todo esto, esta confusión, este nudo en la garganta y ese temblor en la voz, esas ganas terribles de querer decirlo todo pero simplemente no poder. Por miedo, por vergüenza, por insistir en hacerme la fuerte, por no soportar un error más. No es solo el amor, me refiero a absolutamente todo. A mi vida completa. A que todo, pero todo, es un gran error que, aunque quiero, no sé cómo arreglar. Ni con muchos y buenos amigos que me den fuerzas, ni con aparentes e intrascendentes éxitos. Insatisfacción, nada que me llene o enorgullezca, nada que me haga tener ganas de vivir. Porque al fin y al cabo, no he logrado nada. Con nada; no tengo la solución, ni un borrador de respuesta.

Estoy en un momento en que no tengo nada.