II
Hallazgo feliz
En el 2000, año en que yo cursaba sexto básico, se produjo el hallazgo feliz. Son varios pequeños sucesos, que casi podrían considerarse como detalles dentro del espectro de la vida entera, pero que sin duda, son cruciales.
Yo tenía una compañera de curso llamada Sliberth. Ella tenía el Grandes Éxitos (1991), y cierto día - no sé por qué- lo llevó al colegio. No recuerdo cómo, pero se lo pedí para mirarlo. Por mucho rato me entretuve viendo las fotos, las que, por supuesto, me parecieron preciosas. Recuerdo sobre todo la foto de Cecilia Aguayo; siempre la encontré demasiado bonita. Sin embargo, lo más importante de este hecho fue que constituye mi primer acercamiento a las letras prisioneras. Estoy segura de que las leí todas, pero tendo el recuerdo de haberme sentido particularmente atraída por la de La voz de los '80 y El Baile de los que Sobran. Me gustaron tanto que las copié, junto con Sexo, en un cuaderno donde escribía las cosas que para mí eran importantes.
Otra amiga, Daniela Jara, llevó un cassette de Ni por la Razón, Ni por la Fuerza. Lo reconocí inmediatamente como el álbum de la foto que había visto unos años antes. Así que se trataba de un grupo musical, Los Prisioneros, y sus integrantes no se llamaban José Miguel, Manuel y Bernardo, sino que eran Claudio, Miguel y Jorge. Me daba cuenta de que lo que para mí era tan nuevo, para otras compañeras de colegio era algo más que conocido. Me contaban cómo crecieron escuchando esas canciones que yo recién empezaba a descubrir. No me detuve a preguntarme por qué mi madre jamás me había hablado de la existencia de ese grupo, o por qué en mi casa nunca sonaron los temas prisioneros. No quise quedarme atrás, y me propuse averiguar todo lo que pudiera sobre ellos y su música.
Era una tarea difícil. Como ya he dicho, en mi casa jamás se había pronunciado el nombre de Los Prisioneros. No había discos, nunca había sonado una canción suya en alguna radio de mi hogar. Sin embargo, justo se dio la coincidencia que, junto con mi determinación de ampliar mis conocimientos en relación a Los Prisioneros, salió publicado el disco Tributo. El primer single fue Mentalidad Televisiva en versión de Canal Magdalena, el cual sonó mucho en las radios. Se acercaba Navidad, y yo, que rara vez pedía algo, esa vez pedí ese disco como regalo. Poco después, fue publicado El Caset Pirata, compilado de canciones en vivo. Todavía recuerdo que mi madre me dijo: "¿y no vas a querer El Caset...? Mejor ese que el Tributo, porque ahí cantan ellos". No muy convencida, acepté. "Bueno, entonces cómprame ese", le contesté.
Esa Navidad fue increíble. Después de la cena y una conversación de esas increíbles e inolvidables, llegó el momento de abrir los regalos. Recibí unos lentes de sol, otras tantas cosas que no recuerdo, y lo mejor de todo: El Caset Pirata. No pude aguantarme, y lo puse de inmediato. Empezaron los acordes de La Voz de los '80, y yo, al escucharlos, me di cuenta de que esa era la canción que mi compañera cantaba en el baño del colegio. ¡Eran Los Prisioneros!
Al llegar al track 7, Estrechez de Corazón, casi me fui de espaldas. En algún momento de mi vida había escuchado el "oooohh, tu corazón", pero constatar que era una canción de Los Prisioneros no hizo otra cosa que sorprenderme. ¡Esa canción que me encantaba era de ellos! No dejaba de parecerme sorprendente que dos canciones de sonido tan diferente fueran de la misma banda; eso es algo que durante un tiempo no logré explicarme. Sin embargo, lecturas posteriores me dieron las respuestas.
Esa Navidad fue la mejor de mi vida. Con mi disco nuevo como compañía, el año no pudo terminar mejor.
Yo tenía una compañera de curso llamada Sliberth. Ella tenía el Grandes Éxitos (1991), y cierto día - no sé por qué- lo llevó al colegio. No recuerdo cómo, pero se lo pedí para mirarlo. Por mucho rato me entretuve viendo las fotos, las que, por supuesto, me parecieron preciosas. Recuerdo sobre todo la foto de Cecilia Aguayo; siempre la encontré demasiado bonita. Sin embargo, lo más importante de este hecho fue que constituye mi primer acercamiento a las letras prisioneras. Estoy segura de que las leí todas, pero tendo el recuerdo de haberme sentido particularmente atraída por la de La voz de los '80 y El Baile de los que Sobran. Me gustaron tanto que las copié, junto con Sexo, en un cuaderno donde escribía las cosas que para mí eran importantes.
Otra amiga, Daniela Jara, llevó un cassette de Ni por la Razón, Ni por la Fuerza. Lo reconocí inmediatamente como el álbum de la foto que había visto unos años antes. Así que se trataba de un grupo musical, Los Prisioneros, y sus integrantes no se llamaban José Miguel, Manuel y Bernardo, sino que eran Claudio, Miguel y Jorge. Me daba cuenta de que lo que para mí era tan nuevo, para otras compañeras de colegio era algo más que conocido. Me contaban cómo crecieron escuchando esas canciones que yo recién empezaba a descubrir. No me detuve a preguntarme por qué mi madre jamás me había hablado de la existencia de ese grupo, o por qué en mi casa nunca sonaron los temas prisioneros. No quise quedarme atrás, y me propuse averiguar todo lo que pudiera sobre ellos y su música.
Era una tarea difícil. Como ya he dicho, en mi casa jamás se había pronunciado el nombre de Los Prisioneros. No había discos, nunca había sonado una canción suya en alguna radio de mi hogar. Sin embargo, justo se dio la coincidencia que, junto con mi determinación de ampliar mis conocimientos en relación a Los Prisioneros, salió publicado el disco Tributo. El primer single fue Mentalidad Televisiva en versión de Canal Magdalena, el cual sonó mucho en las radios. Se acercaba Navidad, y yo, que rara vez pedía algo, esa vez pedí ese disco como regalo. Poco después, fue publicado El Caset Pirata, compilado de canciones en vivo. Todavía recuerdo que mi madre me dijo: "¿y no vas a querer El Caset...? Mejor ese que el Tributo, porque ahí cantan ellos". No muy convencida, acepté. "Bueno, entonces cómprame ese", le contesté.
Esa Navidad fue increíble. Después de la cena y una conversación de esas increíbles e inolvidables, llegó el momento de abrir los regalos. Recibí unos lentes de sol, otras tantas cosas que no recuerdo, y lo mejor de todo: El Caset Pirata. No pude aguantarme, y lo puse de inmediato. Empezaron los acordes de La Voz de los '80, y yo, al escucharlos, me di cuenta de que esa era la canción que mi compañera cantaba en el baño del colegio. ¡Eran Los Prisioneros!
Al llegar al track 7, Estrechez de Corazón, casi me fui de espaldas. En algún momento de mi vida había escuchado el "oooohh, tu corazón", pero constatar que era una canción de Los Prisioneros no hizo otra cosa que sorprenderme. ¡Esa canción que me encantaba era de ellos! No dejaba de parecerme sorprendente que dos canciones de sonido tan diferente fueran de la misma banda; eso es algo que durante un tiempo no logré explicarme. Sin embargo, lecturas posteriores me dieron las respuestas.
Esa Navidad fue la mejor de mi vida. Con mi disco nuevo como compañía, el año no pudo terminar mejor.
Esta es la versión que aparece en El Caset Pirata
1 comment:
Hola! Me hiciste acordar como consegui el "caset pirata". Recuerdo que las 100 primeras copias venian autografiadas y yo como en esa epoca estaba en el colegio mandé a mi mamá a que hiciera la cola en el paseo ahumada en la mañana XD, llegó justo, fue como la numero 70 y algo, asi que pude tenerlo autografiado jaja
¿Haras la 3ra parte? tan buenas tus historias, te agregare de enlace en mi modesto pero buen intencionado blog jajaj nos vemos!
http://resplandorpsicopatico.blogspot.com/
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