Thursday, April 30, 2009

Es demasiado triste

... No, no sigue.

Las cosas que vienen pasando desde principios de año me han hecho desistir, al menos por ahora, de seguir contando la historia de lo más bonito que me ha pasado en la vida, que de lindo y triste tienen más o menos lo mismo.

Leí el libro de Narea en pdf. Lo leí con pena, incluso con una sensación de asco, de náusea. Tanta ambición, tanto rencor me causaron verdadera repulsión. No quiero entrar al tema -casi inevitable- del lío de faldas, sólo me gustaría indicar que algo que pasó hace tanto tiempo y que supuestamente está perdonado no debería haber sido relatado de esa manera, con tantos detalles que nadie quiere saber.

Luego, en la Cumbre del Rock Chileno, Narea se juntó con Tapia y tocan Lo estamos pasando muy bien y Quién Mató a Marilyn. Durante los días siguientes, aparecieron en los diarios, muy amiguis, diciendo que tienen proyectos juntos, entre los que destaca una gira y un disco. Lo más deprimente de todo esto es que, considerando que Miguel es el dueño del nombre del grupo, él y Claudito podrían irse a tocar por todo Chile llamándose Los Prisioneros. Con esto, el zombie de lo que alguna vez fueron los presos seguiría destrozando recuerdos bonitos, profitando del mito.

Creo que un grupo no muere cuando se disuelve, sobre todo si es un grupo como Los Prisioneros. Una banda tan revolucionaria, que fue y sigue siendo modelo de nuevas agrupaciones, que es fuente de inspiración, que ha sido tan, pero tan importante, no murió en 2005. En mi opinión, un grupo, aunque esté disuelto, sigue viviendo en los corazones de todos sus seguidores, en cada canción, en cada libro que se ha escrito y se seguirá escribiendo sobre ellos, en cada recuerdo de conciertos multitudinarios. Sin embargo, siento que el libro de Narea terminó por matar al grupo. Eso, y no otra cosa, fue la estocada final.

Y no contento con terminar con la banda, con hacerla pedazos gracias a su libro, se pone a tocar con Miguel; esto es, mata al grupo y lo resucita en forma de zombie, que no es ni la sombra de lo que fue. ¿Que Narea es el alma del grupo? Por favor. Lo que en estos meses hemos podido ver es una banda de covers de Los Prisioneros, integrada por dos ex integrantes de Los Prisioneros. Es una banda sin corazón, sin nada que la sustente por dentro. Son puras versiones horriblemente mal cantadas, que rayan en lo patético, que dan pena.



We are sudamerican rockers / Tapia-Narea / Antofagasta / febrero 2009


Esa misma pena que me da ver algún video del Estadio Nacional: uno de los mejores días de mi vida, el de los recuerdos más bonitos, está ahora contaminado con tantas palabras, tantas declaraciones en los diarios, y sobre todo, por saber que lo que fue, no volverá a ser y, por si fuera poco, está siendo prostituido y profanado.

Las canciones siguen sonando, y los recuerdos siempre estarán. Para mí, Los Prisioneros fueron y serán lo más grande. Cada canción (todas hechas por Jorge, lo sabemos) forma parte de un legado único. Son demasiados sentimientos involucrados, como para olvidar todo tan fácilmente. No habrá otro grupo al que pueda adorar más, por eso es tan triste ver en lo que se ha convertido, que Jorge esté tan lejos y los otros dos se manden numeritos como a los que nos están acostumbrando.

Prefiero quedarme con la música, con lo increíble que es Jorge, y con los amigos que he ganado gracias a esta pasión en común. Y los recuerdos también, aunque a veces duelan tanto.